MAYO DE 2013
Pereda desata toda la gama de
materialidad y dimensiones desde la hondura y sus versos toman los matices
intrínsecos al límpido y/o extático sentir ante el entorno y desencuentro con
el otro/a. Así expresa:
… /Y la furia en los puños que se
cierran y la sangre escurriendo y / los
tendones cortados / y mis manos aprietan su dolor en vano intento…
Estas líneas quedaron plasmadas
en la contraportada del libro de Alicia Pereda llamado “Otra puerta, otro
cielo”.
Por Ingrid Odgers Toloza
Presento este libro recientemente
editado por ediciones Orlando, nuestra pequeña empresa, que busca ser un apoyo
a los escritores de la región, una forma de posibilitar la edición económica
para los relegados escritores/as de provincia y que sin quererlo ha sido
instrumento difusor de poetas no solo de la región del Biobío: Concepción,
Lota, Talcahuano, Chiguayante, Hualpén, sino de poetas de Santiago, Valparaíso
y por supuesto de Chillán.
Alicia Pereda es poeta, ¿Quién
puede negarlo? hemos visto su pasión por las letras, el trabajo con la palabra,
la necesidad de comunicarse, de encuentro con los lectores en forma presencial,
en forma digital a través de la web, o en forma impresa. Posee una esencia
poética vital. Existe en ella una naturaleza poética que tiene muy claro que
habrá de perfeccionar en el caminar de las letras.
Los textos de Alicia me han
llevado a Holderlin poeta lírico alemán. Su poesía acoge la tradición clásica y
la funde con el nuevo romanticismo. El trabajo escritural de Alicia transita
por esta línea de lo clásico y romántico. Existe concierto entre el
hombre/mujer y la naturaleza, expresa la concepción pesimista sobre el amor,
una nervio - fuerza - destructor o como un ideal inalcanzable.
Callejones destripados / donde el
amor está en venta/ Plazas desiertas / con sus ojos abiertos y secos / envidian
/ el abrazo blanco de la luna y la fuente.
En el texto se observan algunas
características propias de la poesía romántica: la subjetividad encendida, la
búsqueda de un ideal soñado, el amor imposible.
Y qué nos dice este gran poeta
alemán?:
”¿Y para qué poetas en
tiempos de penuria?”, pregunta la 248 elegía de Hölderlin «Pan y
vino». Si hoy difícilmente entendemos la
pregunta. ¿Podríamos comprender la respuesta que da Hölderlin?, dice:
No sólo han huido los
dioses y el dios, sino que en la historia universal se ha apagado el esplendor
de la divinidad. Esa época de la noche del mundo es el tiempo de penuria,
porque, efectivamente, cada vez se torna más indigente. De hecho es tan pobre
que ya no es capaz de sentir la falta de dios como una falta.
Cuando Hölderlin instaura de nuevo la esencia de la poesía,
determina por primera vez un tiempo nuevo. Es el tiempo de los dioses que han
huido y del dios que vendrá. Es el tiempo de miseria porque está en una doble
carencia y negación: en él ya no más de los dioses que han huido, y en él
todavía no del que viene.
Estamos viviendo tiempos de pobreza a eso se debe la riqueza del poeta
que al pensar el pasado y el futuro se agarrota y únicamente podría dormir en
este aparente vacío. Sin embargo, se mantiene en pie, en la nada (sueño,
ficción, apariencia) de las noches. Es cuando el poeta / la poeta, en el
desierto de su destino, procesa la verdad como representante verdadero de su
pueblo.
Esto anuncia la séptima estrofa
de la elegía Pan y vino de Holderlin (IV, 123). En ella se dice poéticamente o
líricamente lo que exclusivamente se ha obtenido pensando analíticamente.
Pero ¡amigo! venimos demasiado tarde. / En verdad viven los dioses / pero sobre nuestra cabeza, / arriba en
otro mundo / trabajan eternamente y
parecen preocuparse poco / de si
vivimos.
Y ¿para qué poetas en tiempos
aciagos?/ Pero, son dices tú, como los
sacerdotes sagrados del Dios del vino, /
que erraban de tierra en tierra, en la noche sagrada.
Si falta el fundamento en una época, está
suspendida sobre un abismo (*). Si creemos que le esté reservado un cambio a
ese tiempo de penuria, sólo podrá sobrevenir cuando el mundo cambie de raíz, lo
que quiere decir aquí, evidentemente, cuando cambie desde el fondo del abismo.
En la era de la noche del mundo hay que experimentar y soportar el abismo del
mundo. Pero para eso es necesario que algunos alcancen dicho abismo.
Veamos qué nos dice
ella:
La otra puerta
La otra puerta está abierta. / Sólo un paso nos separa / del
abismo que aguarda. / Sólo un suspiro, un hilo/ que oscila
acompasado/ por latir agitado de la sangre.
Aquí la poeta no es consciente de que ella ha alcanzado ese
abismo, al nombrarlo ya es en él.
Detengámonos en una sola palabra enunciada en varios poemas,
no se tome esto como una crítica negativa, todo lo contrario porque aquí
validamos la tesis enunciada anteriormente. Recordemos la poeta se mueve en un
abismo inconscientemente sin embargo ocupa la palabra apenas, cuyo significado
o sinónimo es: escasamente, pobremente…
Libélula
Tornasolada avioneta de los charcos / allí, donde apenas la
luz lame la superficie/ te aferras a la vida esperando el tiempo/ de las
cigarras para emprender viaje.
De la infancia
Apenas seca la sangre / en las calles de mi patria, / un
botón color de niño
se abrió al sol del mediodía.
Cotidiana desidia
Apenas abro el alma / el mundo escupe su indiferencia/
arrastrando su cuerpo en la hoja / de un periódico.
Cómo
Cuando apenas/ Si
distingo / Entre tanta niebla / Sus colores
Pereda enuncia la pobreza del
entorno, del mundo y sin querer la ausencia de la divinidad, no bien siendo
ella misma LA POETA, ES DECIR
sacerdotisa entre el pueblo y divinidad según Holderlin: que tiene la esencia poética,
aquello que le permite develar un mundo vacío y pobre y comunicarlo al pueblo,
a nosotros, la audiencia y lo hace con lenguaje simple, sencillo, natural,
mensaje que no por ello pierde la médula del universo que la rodea.
¿Hacia dónde podría volverse el
dios a la hora de su retorno si previamente los hombres no le han preparado una
morada? ¿Cómo podría nunca un lugar ser adecuado al dios si previamente no ha
empezado a brillar un esplendor de divinidad en todo lo que existe?
Para Hölderlin, es Dioniso, el dios del vino, el que deja este rastro a
los sin dios en medio de las tinieblas de su noche del mundo. En efecto, el
dios de la vid conserva en ésta y en su fruto la esencial relación mutua entre
la tierra y el cielo en tanto que lugar donde se celebra la fiesta nupcial de
hombres y dioses. Si acaso hay algún lugar donde los hombres sin dios puedan
hallar todavía rastros de los dioses huidos será sólo en éste. Sería como una
rueda de azar, de la fortuna. Es así que la poeta expresa:
La
vida y su ruleta
Dentro o fuera/ contigo o sin ti/
la ruleta de la vida no cesa/ y gira y gira y gira/ esperando otra apuesta/
mientras canta un jilguero/ bajo una ventana/ y resucita la carne en los
suburbios/ y la muerte espera su tajada/ y
gira / gira la
vida y su
ruleta.
De esta forma, Alicia Pereda
cumple el rol sagrado, el de poeta y sacerdotisa, mientras busca junto a
nosotros o nos invita a su:”Otra puerta, Otro cielo”.
(*)Nota:
Abismo: m. Profundidad grande y peligrosa: caer al abismo. Lo que es inmenso,
insondable o incomprensible: abismo de
dudas. ¿No es acaso el abismo carencia?
Te saludo felicitándote por tu blog y te invito a que visites y seas también parte del mío que recién estoy dando a conocer y que lleva el nombre de mi primer futuro libro.
ResponderEliminarhttp://contintadevida.blogspot.com/
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