Manuel Puig es uno de los más importantes
escritores argentinos contemporáneos. Su obra narrativa, muy influida por el
cine, incorpora el habla coloquial, técnicas del periodismo o cartas personales
mediante la técnica de collage. Puig utiliza distintos medios de comunicación
para emplearlos dentro de la novela: Carta, radio, teatro, cine, telenovela y
éstas son presagios, el vehículo de advertencias en la vida de los personajes.
El autor nos habla de Nené, Mabel y la
Rabadilla, tres ex compañeras de colegio,
sus diferencias sociales, su relación con el amor. Nos habla entre líneas del
machismo, la violencia, la soledad, el desamor, la insatisfacción personal, la
frustración de la mujer y el abuso. La agónica espera de la dicha, el bienestar
y el amor.
El personaje masculino es Juan Carlos, un varón
machista, amado por Nené, una joven dependiente de la tienda del pueblo.
En los hombros de este personaje está la tragedia,
la espera y la razón del dolor agudo por infidelidad, él carga sus débiles pulmones
con una irresponsabilidad sin nombre. Es el ángulo inconsciente e inmaduro del
triángulo que conforma con Mabel y Nené.
Nené es una mujer casada, hastiada del rol
femenino de la época, atada a un matrimonio rutinario y presa de un gran amor
del pasado, es el eje central de la novela, la historia de las amigas se
presentan desarticuladas, se comprende, eso sí, que es el propósito del autor. Esta estructura
narrativa aporta dinamismo a una historia triste, nostálgica y especialmente dramática que a veces se observa peligrosamente
lenta. Un auténtico collage de textos de diversa naturaleza constituye el
material narrativo de esta novela publicada en Buenos Aires, en 1968, de tal
forma que el lector se encuentra frente a una variedad de recortes que se unen
para recrear un mundo concreto, el mundo de la provincia argentina a fines de
la primera década del siglo XX y mucho más.
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