ENSAYO
Lo
siniestro en lo cotidiano: Comparación entre La soga y La casa de
azúcar de Silvina Ocampo
POR: Ingrid
OdgersToloza
Introducción
La
narrativa de Silvina Ocampo se caracteriza por la irrupción de lo extraño en lo
familiar, mostrando cómo los objetos y espacios cotidianos se cargan de un
poder perturbador. En este ensayo se analizarán dos de sus cuentos: La soga
y La casa de azúcar, en los que una cuerda y una vivienda —elementos
aparentemente inofensivos— se transforman en catalizadores de lo siniestro.
Ambos relatos revelan la vulnerabilidad humana ante lo fantástico, ya sea a
través de la infancia o de la vida conyugal, y muestran la potencia destructiva
que se oculta en lo doméstico.
Desarrollo
1. Objetos y espacios animados
En La
soga, una cuerda común es personificada y adquiere autonomía, hasta
convertirse en un ser obediente y al mismo tiempo letal. El niño Antoñito la
bautiza como Prímula, juega con ella como si fuese un animal, y
finalmente muere por su acción. En La casa de azúcar, es la vivienda
misma la que actúa: un espacio cargado de memoria que termina absorbiendo la
identidad de su habitante. En ambos casos, lo inerte se vuelve agente activo,
borrando la frontera entre objeto y sujeto.
2. Vulnerabilidad y desprotección
El
protagonista de La soga es un niño, símbolo de la curiosidad inocente
pero también de la fragilidad frente al peligro. La ausencia de advertencias
adultas refuerza la crítica implícita a la indiferencia social hacia la
infancia. En La casa de azúcar, la vulnerabilidad se traslada al mundo
adulto: la esposa, incapaz de resistir la sugestión del lugar, se
despersonaliza hasta confundirse con la antigua dueña. Ambos cuentos muestran
cómo lo cotidiano puede anular la voluntad humana, ya sea a través del juego
infantil o de la sugestión psicológica.
3. Ambigüedad fantástica
Ocampo
construye lo fantástico desde la ambigüedad. En La soga, el lector no
sabe si la cuerda realmente cobra vida o si todo responde a la imaginación de
Antoñito. En La casa de azúcar, la duda recae en la influencia de la
casa: ¿es un fenómeno sobrenatural o una obsesión psicológica? La autora rehúye
la explicación racional, lo que provoca un efecto inquietante que sitúa al
lector en la frontera entre realidad y fantasía.
4. Desenlaces siniestros
Ambos
relatos culminan con la derrota del ser humano. Antoñito muere golpeado por la
cuerda, mientras que la protagonista de La casa de azúcar pierde su
identidad absorbida por el espacio. En cada caso, lo cotidiano se convierte en
verdugo: la cuerda como instrumento de muerte y la casa como símbolo de
disolución del yo.
Conclusión
En La
soga y La casa de azúcar, Silvina Ocampo despliega una poética de lo
siniestro que se enraíza en lo cotidiano. Tanto la cuerda como la casa
representan cómo lo familiar puede ocultar fuerzas destructivas capaces de
subvertir la vida. Si en el primer caso lo fantástico se manifiesta en la
infancia, en el segundo se traslada a la experiencia adulta, mostrando que la
fragilidad frente a lo extraño no conoce edad. De este modo, Ocampo revela que
lo doméstico no es refugio, sino escenario de lo ominoso, donde la inocencia y
la identidad pueden ser devoradas en silencio.
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