MAPOCHO
NONA FERNÁNDEZ
EDITORIAL UQBAR- 2008
Había sufrido la muerte
de los vivos:
Ahora anhelaba la
inmersión total la segunda muerte:
la muerte de los muertos. La amortajada. María
Luisa Bombal.
En esta obra, todo
acontece alrededor del río Mapocho, moreno y sucio, una familia compuesta por
abuela, madre, padre e hijos: la Rucia y el Indio. Una familia fragmentada por
la dictadura, incluido exilio y desaparecidos. La imagen de una ciudad de
Santiago, que barrió con almacenes, cines de matinés, canchas de fútbol, casas
viejas. Santiago desarrollándose con un alma de piedra y espinas. Chile. Nos
encontramos con varias voces narrativas, racconto, flashback. Presente, pasado,
futuro. La historia creada por hombres, manipulada por hombres.
Mapocho de Nona Fernández, es el relato de
la muerte de los muertos, sus locuras, sus características, los amores lícitos
e ilícitos, la ficcionada realidad, lo irreal y lo mágico.
Esta novela está escrita desde la miseria,
la pobreza, el exilio y la frustración.
Recorremos alertas un accidente, un amor
incestuoso, el retorno al país desde un exilio obligado, y la extraña
desaparición de un padre historiador.
Alguien dijo que la literatura era solo mentira, “La Mentira, sólo es lícita en la literatura”, dijo Vargas Llosa, según mi opinión toda literatura lleva algo de verdad, de realidad. Cierto que siempre con tintes de exageración, así es como los autores quieren dejar “algo” en el lector/a, además de buscar producir una sensación, un toque, un remezón en la conciencia y el alma de quienes los leen. La obra de Nona Fernández es cruda, remece, provoca rechazo, características típicas de una obra de arte.
La realidad nos confronta fuertemente con la muerte y el dolor en esta época de pandemia, la obra de Fernández nos conecta con la muerte después de la muerte y no escatima detalle para mostrarnos la historia, una suerte de engaño concienzudo que enseñan en la asignatura Historia, desde tiempos inmemoriales.
¿Qué es verdad y qué es mentira?
Una interrogante que jamás podremos
descifrar ante tanta documentación enmarañada, manipulada por el hombre
subordinado al poder del gobierno de turno. Lo cierto es que no podemos olvidar,
los aciagos días de la dictadura chilena que siguen siendo parte de las obras
literarias como una espada que clava nuestro ser interior. La escritura en
Mapocho, nos duele y punza.
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