LEYENDO NOVELA LOS VIGILANTES
DIAMELA ELTIT
SEIX BARRAL BIBLIOTECA BREVE-2020
Por Ingrid Odgers T.
Estamos en presencia de una novela breve, de
sentido simbólico, difícil de entender sino se logra encontrar en la reflexión
profunda, las claves de lo que la autora quiere transmitir.
Tenemos un hijo, un padre ausente, una madre, una
suegra. La atmósfera de la novela es “esa aura que pervive en el relato y
poseerá al lector”, según palabras de Cortázar. Se manifiesta en un conjunto de
cualidades y efectos producidos en el espacio que rodea a un personaje o que se
respira en un texto.
Acá tenemos, una casa, una madre que vive con su
hijo, que no se comunica con él y un invierno grisáceo que todo oscurece y
amenaza. El niño, no sabemos la edad, tiene capacidades diferentes y lo han expulsado
de su escuela. La atmósfera es muy densa, se respira un ambiente pesado, oscuro,
opresivo. A este angustioso ambiente de la narrativa de Eltit, se suma el
hambre y es que la pobreza se hace carne en estos dos seres abandonados,
solitarios, incomunicados y grises.
La mujer, se dedica a escribir cartas al padre, el
lector/a, es solo es testigo de las que ella responde.
En la obra, la vigilancia se representa por medio
de una ausencia que solicita explicaciones detalladas del
accionar de la familia y que obliga literalmente a la madre a escribirlas.
Ella escribe siempre a la defensiva, explica, se
justifica constantemente, su conducta, su vida, etc. El hombre la amenaza, debe ajustarse a sus deseos. Se siente vigilada no solo por este hombre ausente sino
por la madre, su suegra. Leemos la voz del hijo, utiliza un lenguaje asombroso,
realiza juegos extraños, no obstante, piensa y parece tener un juego
inteligente con unas raras vasijas. Se da cuenta de todo y cómo su madre es dañada
por él, por su condición.
La mujer se siente vigilada, y no es raro ya que vigilan
suegra y vecinos. Todos le piden cuentas respecto a las visitas que recibe, hambrientos
que acoge para que no mueran.
Una novela estremecedora que advertimos nos habla
de la dominación del hombre sobre la mujer.
El hijo representa la resistencia, nada es normal
en él, pero no está enfermo, tampoco loco. Ha encontrado la forma de escapar
del control y es que no se somete al padre.
¿Buscará la mujer la forma de escapar a ese control dañino y voraz?
¿Buscará la mujer la forma de escapar a ese control dañino y voraz?
Palpamos el sufrimiento de la mujer ante la gran
opresión, ante el continuo y excesivo cuestionamiento de su actuar.
Una gran novela, con un mensaje hermético que trastoca y lleva a reflexión. Es inevitable
sentir un gran e intenso dolor.
Diamel Eltit, una de la más relevante escritora chilena, nos sorprende nuevamente.
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