COMENTARIO LITERARIO
OBRA: A CORTA
DISTANCIA
AUTORA: MÓNICA
MONTERO
EDITORIAL SEGISMUNDO
- 2014
Once cuentos componen esta obra de
Mónica Montero.
Leerla nos lleva a recordar a autores
como Manuel Rojas con Hijo de ladrón, Eduardo Barrios y Un perdido, Durand y
Frontera, etc.
Tenemos la vida promiscua, el ambiente
sucio material y moralmente hablando: Marga, ex artista de circo triple X, Lázara,
drogadicta y beoda, Nativa, la adicta mentirosa, Alma y la violencia…Galio,
víctima de la pedofilia.
Pareciera irreal, una ficción, una fantasía de horror, sin
embargo es el retrato de un submundo que vive a la par de cada hombre y mujer
chileno/a, ignorado en la prisa de la globalización implacable.
Esta obra es producto del estudio de
las zonas marginales, citadinas, obsesas, donde la miseria levanta su cortina
invisible precisamente, “A corta distancia”.
La narradora es una observadora de la naturaleza humana, abre la puerta a la desgracia
para vaciarla en sus páginas, encarnan seres
reales, de la vida común, ordinaria. Es decir, literatura marginal.
El profesor Carrasco, de la
Universidad Austral de Valdivia, expresa: Literatura
marginal, secundaria, "invisibilizada". Esta conforma una zona
comparativamente menor en cantidad, heterogénea en su conformación y difícil de
reconocer por escasez de marcos de referencia mayoritariamente validados, ya
que conforma un proceso en curso que aún no ha manifestado todas sus
potencialidades. Y continúa: El sector marginal de la literatura chilena está
conformado principalmente por tres clases de texto de carácter intercultural: la poesía etnocultural, la literatura del
exilio y la literatura de grupos inmigrantes.
Me atrevería a decir, que se le olvidó
la que está muy presente hoy:
La literatura del Chile mísero, la
literatura realista, la que Mónica nos trae con lenguaje simple, sencillo,
claro, y preciso. La
totalidad de la obra es narrada en términos realistas, crudos, sin afeites. Sin
aderezos.
Esta literatura representa
la realidad paradójica, de contrastes y contradicciones, la diversidad
de seres humanos que ocupan un área marginal multifacética, cambiante, el
esquivo destino no puede faltar.
Literatura contemporánea de identidad,
de memoria, de rescate, en fin. Hay que leerla.
No está de más recordar que en los
programas de cuarto medio del ministerio de Educación, es de interés que los
estudiantes analicen el tema de la identidad nacional o latinoamericana
correspondientes a diferentes momentos de la historia y de la cultura, para
apreciar los cambios y diferencias de visión de la sociedad que se manifiestan.
Por ejemplo, en obras como: novelas de Blest Gana o Luis Orrego Luco; cuentos
de Baldomero Lillo, Mariano Latorre, Luis Durand, Oscar Castro, Francisco
Coloane; novelas como Ranquil de Reinaldo Lomboy, La Sangre y la Esperanza de
Nicomedes Guzmán; algunas obras narrativas y dramáticas de autores tales como
Hernán Rivera Letelier, Ana María del Río, Marco Antonio de la Parra, Juan
Radrigán, etc.
Esta obra como representativa de la
identidad subterránea o invisible chilena, puede formar, perfectamente parte del programa.
Ingrid Odgers Toloza
Escritora-editora
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