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jueves, 12 de junio de 2014

CUENTOS CORTOS: Sin instrumentos navego en un océano inmenso sentado sobre la chata de Colón, Marcelo Schiappacasse Saieg






Obra: CUENTOS CORTOS
Sin instrumentos navego en un océano inmenso  sentado sobre la chata de Colón”.
Tema: Narrativa, prosa poética.
Ediciones Orlando, Junio 2014




Tulipanes verdad de los cielos

Muero.
Sin  respirar   y sin  mi rostro denotar sorpresa me encuentro en el súbito jugando póker con Dios. Solo El y yo. La apuesta, el derecho a preguntar.
Dios se ufana con su póker de ases. Lo dejo gélido con mi escala real de trébol.
 ¿Quién fue el maldito que te concibió?
Entre los gemidos del llanto contesto. Soy guacho.

           Estamos frente a un libro sorprendente, desde el título: “Sin instrumentos navego en un océano inmenso  sentado sobre la chata de Colón”.

La obra de Marcelo Schiappacasse está compuesta por una serie de cuentos diversos, relatos, reflexiones, prosa poética y poemas. Y toda ella encarna lo absurdo, la paradójica existencia del ser actual, la descomposición de la sociedad: su brutalidad, la violencia, la  falta de comunicación, las interrelaciones sociales, el deseo, el hambre. Todo un cuestionamiento a la sociedad, al ser  e interrogantes a Dios, en el texto es recurrente la presencia de Dios, la lucha con Dios, sin ser por supuesto una obra religiosa. El autor expresa: “Titubeé, callé. Reflexioné. Es mejor ser pobre que vender el alma. ¿Y si es verdad que es el miedo al Diablo y no el Amor a Dios el leiv motiv?”.

Más veces de las que deseáramos sentimos, palpamos, la realidad, el espanto de sobrevivir, la crueldad de la indiferencia. La sobrecogedora soledad del  ser hombre y ser mujer. La pérdida de fe se desplaza por los textos que abundan con rasgos existencialistas y nos trae a la memoria a Sísifo del pensador Albert Camus, El Túnel del gran Sábato y cómo no la genial obra de Kafka.

Este libro sin explicación lógica y sin sentido, de gran incongruencia entre el pensamiento y los hechos es un real teatro del absurdo: Se presenta todo en un marco de un mundo vacío y abuso de poder, los ricos y poderosos atropellan a los más débiles y a los que menos posibilidades tienen para sobrevivir ante el caos y la confusión. La vida paupérrima se presenta estremecedora, sin embargo hay humor, sátira, ternura, amor, pasión, todos ellos, ingredientes que permiten una lectura ágil, entretenida e interesante.

Al parecer al igual que Sábato, la integración de lo social y lo existencial es posible en el pensamiento del autor, así lo expresó el  escritor argentino: Aunque la soledad del hombre es perenne, no sociológica sino metafísica, únicamente una sociedad como esta podía revelarla en toda su magnitud. Así como ciertos monstruos solo pueden ser entrevistos en las tinieblas nocturnas, la soledad de la criatura humana se tenía que revelar en toda su aterradora figura en este crepúsculo de la civilización maquinista (1).

            En un tiempo que lo absurdo y lo inverosímil están prácticamente desterrados de la narrativa chilena,  en todo los órdenes de elementos ficticios se tiende a sustituir lo casual por lo lógico, lo  absurdo por lo verosímil, relatando  como en el cine, algo que acontece o aconteció en el país o se escribe literatura fantástica (salvo excepciones), esta obra viene a refrescar los aires para los adictos a la lectura. Es toda una sorpresa y en ningún caso decepcionará al lector/a, será una fuente transparente y profunda de reflexión y aprendizaje o re-aprendizaje: la escritura de Kafka sigue influyendo en la literatura contemporánea y reflejando gran parte de los problemas sociales que nos afectan, entre ellos, como declara Castilla del Pino (2), la incomunicación y la carencia de leyes igualitarias.

Tal como Franz Kafka, la soledad del autor en su mundo real, en su ejercicio profesional  y en su universo literario nos traslada inexorablemente a otra conciencia, a otra sensibilidad.

           Marcelo  con un manejo de lenguaje, distintivo y culto, donde utiliza  algunas expresiones del español antiguo, específicamente del siglo XIX (decimonónico), nos señala cómo la perplejidad de los sentidos sustituye a la racionalidad de lo considerado convencional y ético.

         Sin duda, un libro genial.

Ingrid Odgers Toloza
Escritora-editora




Notas:
(1) Hombres y engranajes. Heterodoxia, p. 18.

(2)  Carlos Castilla del Pino, neurólogo, psiquiatra y escritor español.







RESEÑA:
Marcelo Schiappacasse Saieg, es médico Psiquiatra. Psicoterapeuta psicoanalítico, Cognitivo conductual, Hipnoterapeuta clásico y Ericksoniano, PNL, 2002 – actualidad.
Director Medico Clínica Del Ánimo, Profesor de post grado. Seminarios, supervisor de psicoterapias de fundamento psicoanalítico, Universidad de Valparaíso,  Profesor Jefe en las cátedras de psiquiatría y psicología dictada a los estudiantes de medicina, Universidad de Valparaíso.
Realizó sus estudios en el Instituto Psicoanalítico de Chile, Psicoanalista, Trastornos Mentales,
Universidad de Chile sede Valparaíso, Medico-Cirujano, Psiquiatra de orientación psicoanalista.






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