Bola de Sebo
Guy de Maupassant
Maupassant nos relata la huída ante la eminente invasión de Rouen, de un grupo de personas hasta el puerto de Dieppe, en donde se embarcarían hacia El Havre.
Elisabeth Rousset, una mujer prostituta, es una de las pasajeras. Es a quien, en la ciudad, apodan Bola de Sebo. Dos monjas, el conde y la condesa Huberto de Breville, el señor y la señora Loiseau, comerciantes en vino al por mayor de la calle Grand-Pont, el señor y la señora Carré Lamadon, comerciantes en algodón y el demócrata Cornudet, de larga barba roja, completan la lista de viajeros.
Bola de sebo o bolo de grasa parece un buen apodo para una mujer tan enorme y gorda como grande en generosidad. De esta virtud, ninguna gala hacen los burgueses y aristócratas, sus compañeros de viaje, quienes destacan en este cuento por su egoísmo y desprecio por las clases bajas, queda de manifiesto a la vez la utilización, manipulación que pueden hacer de las personas de clases llamadas inferiores por su falta de bienes, para el logro de sus objetivos e intereses, es evidente en esta primera obra del autor y muy repulsivamente, el desprecio y la ingratitud de las clases pudientes y nobles. Elisabeth Rousset, tristemente la vive en carne propia.
Una gran y clásica sátira de Maupassant.
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