PRÓLOGO
GARRA DE LOBO Y NADA
TATY TORRES
Una mujer,
previamente advertida por su madre, y sin obedecer, solo siguiendo a la fuerza
del deseo, se interna en el bosque. La poeta expresa: “Recuerdo me dijiste/ no
entres al bosque/ hay lobos/ se comerán tu corazón/ pero ya tenía viento entre
las piernas/ y un mar que amenazaba con romperme / caminaré / -me dije-/ no
importa la oscuridad/…”
La hablante
corre el riesgo: “… Ten cuidado dijiste / al peinar mi cabello / ten cuidado /
y nadabas en tu pensamiento/ "allá adentro hay insectos/ se comerán tu
corazón" / pero ya estaba la hembra punzando/ loca…”
Y este es el
inicio del libro “Garra de lobo y nada” (2014), de la poeta Taty Torres.
Obra escrita
con un excelente manejo de contenido, el mismo del que hace gala en su obra
anterior “El guardián de mis llaves” (2011), la justa y precisa ambigüedad,
genera la suficiente inquietud en el lector para que no pueda dejar de leer. Y,
me refiero, no la ambigüedad en el sentido ramplón de lo difuso, o de compleja
lectura, sino de la ambigüedad entendida correctamente como recurso literario
deliberado y cuidadosamente utilizado. Es factible comprender el trasfondo real
en el que fue escrita, su connotación y hasta conocer algo de la forma
de pensar de quién la escribió, ya sea presentando el proceso y sus fracturas.
Da testimonio de lo impresentable, negándose a la consolación y a la nostalgia
de totalidad. Además, presenta una muy buena hipercodificación.
La hipercodificación, refiere a que es un texto estructurado
por códigos altamente socializados, por sociolectos de amplia distribución
sociocultural, razón por la cual su interpretación por parte de los
enunciatarios (lectores u oyentes) no plantea dificultades y permite con
facilidad el establecimiento de acuerdos semánticos intersubjetivos.
ECO DICE: “La ley se da de manera automática o
semiautomática. Asignemos a este tipo de ley el nombre de ley codificada.
Es importante dar por sentado que incluso la interpretación a través de códigos
presupone un esfuerzo abductivo, aunque sea mínimo” (Eco, 1990: 263).
Como Eco expresa, este texto exige, para ser
interpretado, que el lector realice abducciones hipercodificadas, las cuales
presuponen aunque sea un mínimo esfuerzo cognitivo.
A modo de referencia, el escritor William Faulkner
ha sido considerado uno de los mejores autores y cuenta con una historia de hipercodificación. Faulkner,
estadounidense, es un escritor que obliga a sus lectores a realizar esfuerzos intelectuales
más allá de los habituales para comprender su escritura, lo que nos lleva a la
verdadera hipercodificaciòn.
Esta obra poética ha sido creada obviamente, con
intención estética, es un texto literario, se focaliza en lo formal, en el cómo
construyo el texto, la escritura denota
que no es únicamente relevante comunicar el contenido sino la
forma, el cómo hacemos llegar el mensaje, cómo se establece la
comunicación, qué palabras, cómo las
ordenamos, qué recursos usos para
expresar el contenido.
Observamos un cuidadoso manejo del lenguaje, la palabra está llena de
imágenes, el signo habla con precisa claridad, la autora desaparece totalmente,
lograr eso es un prodigio, un don. Un don trabajado, amasado delicadamente,
amorosamente, para hacerlo resplandecer y junto con él relumbrar la
palabra, la palabra poética. Y es que la
historia que envuelve el poema, tal vez le puede haber pasado a cualquiera, a
usted, a mí a ella o a él, pero el o los poema(s), el libro en su conjunto,
este “Garra de lobo y nada”, es único, irrepetible. Una obra de arte.
Un honor
prologar este texto.
Ingrid Odgers Toloza
Escritora
CONCEPCIÓN, 26 DE ENERO DE 2015.
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