JUSTO AL FINAL DE
Todo es un ciclón que guía mis pasos
unos ojos de certeza que oran por atraer al agua
y no enviar a muerte ni una sola gota
Y en la paradoja duermo con los ojos abiertos
para no trizar el cielo amarillo
que extrema la conjugación de las cosas
las cosas que unen mis ojos con la muerte
la duda con la paradoja
y de nuevo la ecuación me deja sin resultados
le da igual rebobinar mis pies y
le da igual atornillarlos frente al ventanal
justo al final de la escalera
y atorada en la encrucijada de septiembre
un sábado a las 17 con menos
en que los dioses de la tragedia decidieron volver de vacaciones
y congelaron el mundo para dejarnos a ti y a mi
impactar nuestros iris sacudir las pupilas y quebrarnos en un rayo
no me queda más que rearmar mi existencia
hacer congeniar los cordones de mis zapatos
coordinar los pasos y descender tres escalones
y clavarme el olvido en el segundo de resurrección del tic tac
mientras tú volteas para verme y mi cabellera fantasma
se sella en el adiós en una ecuación con dígitos finales
que ya no saben de pérdida y de antiresignación
sólo buscan una súplica una certeza
para que quites los nudos no pudras la madera
y me esperes en cada línea de aíre que respires
yo te buscaré hasta que mi expresión se apague
te buscaré hasta que mi turno cruce el umbral de las correcciones
Comentario literario
El poema de Betty Fernández nos trae imágenes de quiebre, separación, término de una relación, de amor asociado a eros. Encontramos una hablante que ruega por agua para saciar la sed, quizás es el ruego por un amor que la vitalice, reanime o para que no la abandone la savia luego del olvido. Existe en el poema de Betty el clamor por la vida, representada por el agua, por este dormir con los ojos abiertos, negando, escapando de la muerte, la fatalidad: separación o espera inútil. “justo al final de la escalera/ atorada en la encrucijada de septiembre/ justo a las 17 con menos”.
Luego de la separación, qué queda, la poeta es ágil en sus versos, no trepida en buscar la vía de escape, sabe que debe rearmarse, /hacer congeniar los cordones de sus zapatos/coordinar los pasos/descender….../ continuar, porque la paralización no puede eternizarse, es la caída del ser o la esencia a los abismos, un imperativo a poner los pies en esa delgada línea que separa la vida de la muerte. Y Betty camina, continúa “mi cabellera fantasma se sella en el adiós/ pero la hablante no se resigna ante la palabra adiós la vemos reincidir : ./te buscaré hasta que mi expresión se apague/ la interrogante permanece en el poema. ¿A qué expresión se refiere la poeta?, ¿apagar la decepción?, ¿la desilusión ante una relación amorosa, unilateral?/ te buscaré hasta que mi turno cruce el umbral de mis correcciones/ quizás la poeta tenga cierto sentido de culpabilidad ante ese adiós, continúa su rutina cotidiana pero no olvida, pues ha aprendido que debe corregir “la ecuación con dígitos finales”. ¿Qué pretende el/la poeta cuando expresa su experiencia? Octavio Paz contesta: la poesía ha dicho Rimbaud, quiere cambiar la vida. No piensa embellecerla como piensan los estetas y los literatos, ni hacerla más justa o buena como sueñan los moralistas, Mediante la palabra, la expresión de su experiencia, procura hacer sagrado el mundo, con la palabra consagra la experiencia de los hombres y mujeres y las relaciones entre los seres humanos y el mundo, entre el hombre y la mujer, entre hombres y mujeres y su propia conciencia.” No pretende el poeta o la poeta hermosear, santificar o idealizar lo que toca sino volverlo sagrado. Por eso no es moral o inmoral, justa o injusta, falsa o verdadera, hermosa o fea. Es simplemente poesía de soledad o de comunión, porque la poesía que es un testimonio del éxtasis, también lo es de la desesperación. Puede, entonces, ser un ruego como una blasfemia. El testimonio de Fernández, poeta de Lebu es la revelación de una experiencia de la que pocos escapan, pero la han mantenida oculta por la rutina o la diaria amargura que invade o avasalla en un mundo cada vez más insensible.
No es inútil la poesía como muchos dicen “una pérdida de tiempo en este mundo globalizante y amorfo”, tampoco lo es el trabajo realizado por Betty, porque en un mundo vacío, plagado de tecnologías, sus versos purifican y cumplen la función de la poesía, al decir de Braulio Peralta: “ el poeta no tiene mas ideología que un alma y un espíritu en confrontación con todo lo que le rodea.” Vivimos con los ojos abiertos pero ciegos ante las premoniciones y realidades que anuncian los(as) poetas. “¿De qué sirve pensar y sentir si todo ello no ayuda a vivir más y mejor? Podemos exclamar: ¡Vive la poesía! en medio de la turbulencia del orbe está Betty junto a un puñado de mujeres alzando la voz, describiendo con voz propia las complejas relaciones del ser, estableciendo un diálogo, trasgrediendo la monotonía y la inercia regional.
Reseña Literaria.
Betty Fernández nace en Lebu, el 24 de enero de 1976.
En el año 2002 funda ,junto a otro escritor de su comuna,
Durante el año 2002 hasta el 2005 colabora y participa activamente en la página web www.letrasdearauco.cl, fiel exponente de los escritores de la provincia de Arauco.
El año 2003 y 2004 integra el Sindicato de Escritores del Bío Bío y es designada Delegada por la ciudad de Lebu.
Desde el año
Su poesía se ha publicado en las páginas: www.letrasdearauco.cl
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