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martes, 29 de septiembre de 2015

DELIRIO DE MI SANGRE una novela de Karina Sagredo, escritora de Talcahuano -Chile, Editorial Segismundo


PRÓLOGO


Delirio de mi sangre, es una novela romántica ambientada en el siglo diecinueve en la bella Italia. Tiene un alto contenido literario y de ficción mezclado con hechos históricos y verídicos. La autora utiliza un lenguaje claro, de fácil comprensión, puede ser excesivamente complejo para personas “no lectoras”.  Sin embargo, su  real complejidad radica en la temática, el incesto. Sabemos que no faltará quien se asombre por  el contenido de esta obra, realmente hay que tener muchas lecturas y amplitud de criterio para comprenderla.
Para recordar, diremos que el incesto (del latín incestus, es decir, '"incasto", "no casto") es la práctica de relaciones sexuales entre individuos muy próximos en consanguinidad (parentesco biológico o consanguíneo; se califica indiscutiblemente de incesto en todas las culturas a las relaciones sexuales entre madres e hijas o hijos o entre padres e hijas o hijos o entre hermanos y hermanas, abuelos y nietas o nietos, abuelas y nietos o nietas y así todos los ancestros consanguíneos con sus descendientes (no importa el sexo del familiar al fin siempre será incesto); también, aunque en muchas culturas se consideran incestuosas las relaciones sexuales entre tíos o tías y sobrinos o sobrinas, mas relativamente poco justificado biológicamente, también se llega a considerar, en algunas culturas, incestuosas las relaciones sexuales entre primos y primas consanguíneos. Por razones culturales, entre los seres humanos también se califican mucho más laxamente como incesto incluso las relaciones sexuales entre parientes políticos muy próximos (suegros y nueras o yernos, suegras y nueras o yernos y, en menor medida, cuñados y cuñadas).
A pesar de la reticencia de algunas personas, (claramente, las relaciones impropias entre familiares cercanos son innombrables)   este tema fue abordado por grandes autores tales como Vargas Llosa en “La tía Julia y el escribidor”, en Cien años de soledad de  Gabriel García Márquez y en la novela  El siglo de las luces de uno de los escritores fundamentales del siglo XX en lengua castellana Alejo Carpentier, a su vez en  Cecilia Valdés de Cirilo Villaverde o Cumandá de Juan León Mera.
En “La tía Julia y el escribidor  de Vargas Llosa trata de la vida del joven Marito o Varguitas’ y sus relaciones con su tía Julia.
En Cien años de soledad, publicada en 1967, tenemos: Amaranta Buendía, una de las hijas de éste matrimonio se enamora perdidamente de su sobrino Aureliano José, y aunque en la novela nunca es claro si tienen una relación o no el solo sentimiento, crea una relación incestuosa o el caso de Amaranta Úrsula, hija de Fernanda del Carpio y Aureliano Segundo, se enamora perdida y apasionadamente del que cree su hermano pero es su sobrino Aureliano Babilonia, estos al engendrar una creatura con cola de marrano ponen fin a la estirpe Buendía y cumplen la maldición con la que todo empezó y tuvo que acabar: la terrible maldición del incesto. En  El siglo de las luces de Alejo Carpentier, publicada en 1962, encontramos a los primos Sofía y Esteban, ricos y solitarios, unidos en una relación carnal.
En  Cecilia Valdés del escritor cubano Cirilo Villaverde, entrega una novela romántica- histórica que proyecta la sociedad cubana del siglo XIX donde  la hermosa mulata Cecilia, ignora que es hija ilegítima del rico español Cándido de Gamboa, y Leonardo, el hijo de don Cándido, sin conocer esto, se enamora de ella y la convierte en su amante. Cecilia Valdés fue publicada la primera parte en 1839; y su versión definitiva en  1882.
En Cumandá de Juan León Mera, escritor ecuatoriano, una obra de romanticismo e indianismo, tenemos a Cumandá, joven indígena enamorada de Carlos y hermana de él. Novela publicada en 1878.
Como podemos observar ya desde el siglo XIX había un interés por la temática del incesto, no existe razón entonces para asombrarnos, para espantarnos en este siglo que una autora jovenen su primera novela se atreva con el tema y libere mediante la literatura las sensaciones, reacciones de sus personajes conforme a la época en que se desarrolla su obra, el siglo XIX.

Ahora bien, recordemos, el romanticismo es un movimiento cultural originado en Alemania y en el Reino Unido a finales del siglo XVIII como una reacción revolucionaria contra el racionalismo de la Ilustración y el neoclasicismo, confiriendo prioridad a los sentimientos.
Delirio de tu sangre, es una novela cargada de romanticismo, ansias de libertad y de amor se traducen en un espíritu de rebeldía, sentimiento de soledad y de resignación al sufrimiento, exaltación de la imaginación y del sentimiento, el romántico/a muestra su valor en la firmeza de sus sentimientos. Por otro lado, la imaginación de la protagonista  le pone alas al sentimiento amoroso. En fragmentos Delirio de mi sangre, nos trae a la memoria “El niño que enloqueció de amor” de nuestro Eduardo Barrios, publicada en 1920,  en otro contexto, en otra época, con toda esa angustia que sobrepasa en la medida que nos adentramos en la obra narrativa. Se navega en aguas de obsesión, tristeza, culpa, deseo, miedos, interrogantes, expectación constante, con una gran diferencia: el erotismo y la pasión que aborda Karina Sagredo en su Delirio de mi sangre, el deslumbramiento de la protagonista principal por la sangre, SU SANGRE, conmueve. Sangre que significa VIDA o quizás, el deseo de vivir el amor intensamente, frenéticamente. O tal vez, que la quimera envuelva un gran amor. Un amor inolvidable, eterno.

KARINA SAGREDO podría ser nuestra Mary Shelley, la autora de Frankestein, obra publicada en 1818, casi doscientos años atrás, sino fuera porque desde su ventana, lo que Mary Shelley veía esencialmente eran tumbas y cadáveres. Su vida estuvo asociada a los cementerios desde la infancia. El tiempo en que vivió fue el de los ladrones de tumbas, que trabajaban clandestinamente para proveer de cuerpos a médicos y anatomistas. Esto, antes de 1832, cuando se sancionó el Acta de Anatomía, que entregaba a la Medicina los cuerpos de indigentes o muertos en asilo que nadie reclamaba.* De niña, como la mayoría de los chicos, Mary tenía su lugar de evasión. En su caso era el cementerio de Saint Pancras, donde estaba enterrada su madre. En oposición, Karina vive en una casa común y corriente, en un barrio común y corriente de Talcahuano, Concepción, en pleno siglo XXI. Y así y toda nuestra modernidad con tecnología incluida, ella ha sido capaz, inteligentemente de crear una obra ambientada en otra época, muy bien escrita, no carente de estudio, lenguaje templado, sin ambigüedades, con un tema central no exento de polémica que causa interés y una natural expectación.


Ingrid Odgers Toloza
Escritora y crítica literaria





Nota: * Esther Cross.

Concepción, 29 de septiembre de 2015.

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